Finca de Grange Neuve con el pueblo de Limans al fondo
Reportaje de Michel Bernard – Traducido al español por Egon (compañera de Hebra)
Las cooperativas Longo Maï («que dure mucho tiempo» en occitano) son islotes de resistencia contra las derivas totalitarias del capitalismo. Todas tienen en común la acción en favor de la libertad de circulación de las personas. Las actividades artesanales que desarrollan permiten la autonomía de los artesanos en su práctica profesional y una cierta libertad de cara al exterior.
FICHA DE IDENTIFICACIÓN
Localización: Limans (350 habitantes, Alpes-de-Haute-Provence) para la primera cooperativa • Creación: 1973 • Superficie: 270 hectáreas • Número de personas: 120, ninguna asalariada • Estatuto jurídico: asociación de cooperativas • Financiación: 50 % a través de la actividad agrícola y artesanal, transformación de productos, producción textil, centro vacacional, 50 % a través de campañas militantes • 5 cooperativas en Francia, una en Alemania, una en Austria, una en Suiza y una en Ucrania.
Para el reportaje, llegamos un domingo por la tarde, día de la reunión semanal. Tras el almuerzo colectivo con unas 60 personas en el antiguo establo de la finca de Grange Neuve, empieza la reunión con una presentación de los que están de paso. Aparte de las dos personas de la revista «Silence», ese día hay además 2 jóvenes estudiantes de sociología que trabajan sobre lugares de vida alternativos y un refugiado sudanés que espera poder retomar sus estudios de Medicina en Francia. Una de las asistentes abre una caja en la que algunas personas han introducido papeles con las cuestiones que desean tratar. Los temas son diversos: un treintañero anuncia que va a ponerse a restaurar su furgoneta para preparar un viaje y que para ello querría que alguien le sustituyera en la huerta. Bertrand, uno de los veteranos, informa sobre las reuniones con estructuras suizas para mejorar la atención y la cobertura sanitaria de los futuros jubilados. Varias personas fichan a gente para las emisiones de Radio Zinzine y algunos militantes de regreso de la Vallée de la Roya, en los Alpes Marítimos, cuentan cómo funciona allí la acogida de refugiados. Una sexagenaria hace una presentación de la próxima reunión semestral que acogerá durante 3 días a personas venidas de diferentes cooperativas para un intercambio colectivo sobre proyectos futuros… Durante ese tiempo circula la hoja para apuntarse a los turnos de cocina de la semana siguiente.
UNA ESTRUCTURA SIN JERARQUÍAS
Los usos de palabra son breves. Jóvenes y viejos, hombres y mujeres: no se percibe jerarquía alguna. La única intervención que provoca alguna que otra tensión es el recordatorio de que cuando se utilicen los vehículos, se cuide su mantenimiento, y de que algunos coches están especialmente sucios. Al cabo de una hora y media, la caja está vacía y se levanta la sesión. «—¿Siempre es todo tan consensuado? —Cuando un tema divide al grupo o exige un análisis previo se crea una comisión específica para debatir sobre la cuestión”.
Al día siguiente, visitando el lugar, conocemos a gente que no estaba en la reunión. Ello se debe a que algunas personas delegan su representación, lo cual es casi inevitable cuando el grupo supera un cierto tamaño: actualmente hay aproximadamente 120 personas viviendo en la finca de Grange-Neuve y en la vecina El Pigeonnier.
Descubrimos los distintos talleres: varios edificios en obras (siguen faltando viviendas), un inmenso taller de carpintería, muy profesional, establos con caballos de tiro, invernaderos, dos grandes huertos, vergeles… Ese día, con las ovejas, Longo Maï organiza además la 40ª edición del taller de esquileo de lana, una industria reconstituida con numerosas granjas de la región. En lo alto de la montaña se encuentra Radio Zinzine, que emite desde finales de los 70 y puede escucharse en toda la región (y en cualquier lugar en Internet).
El lugar desprende un halo de intensa actividad llevada a cabo por personas que gestionan libremente su trabajo. Todo ello es el resultado de una iniciativa colectiva que se ha perfeccionado a lo largo de 40 años.
APOYO A LA LIBERTAD DE CIRCULACIÓN DE LAS PERSONAS
Hagamos un breve repaso del origen de estas cooperativas. Después de Mayo del 68 diversos colectivos en Austria, Alemania y Suiza se enfrentan abiertamente a la extrema derecha. Tras una serie de acciones radicales y enfrentamientos, un grupo decide instalarse tranquilamente en la Provenza, región natal de Roland Perrot, alias Rémi, uno de los veteranos del movimiento(1). La primera cooperativa se crea en 1973 en Limans, cerca de Forcalquier. Una sólida red de apoyo, ligada al activismo, les permite comprar una finca abandonada de 270 hectáreas y desarrollar diferentes actividades agrícolas que procuran una cierta autonomía al grupo.
Su llegada al lugar suscitó la oposición de las autoridades. En septiembre de 1973 se produjeron hasta 8 expulsiones, lo que provocó una enorme mediatización y la llegada de cientos de personas, que se instalaron en otras fincas. Como reacción se inició una campaña acusándoles de ser una secta. Eva, una de las fundadoras, dice hoy: «no éramos sectarios, éramos jóvenes y arrogantes». La confrontación continuó, a pesar de la llegada de la “izquierda” [el entrecomillado es del original] en 1981, viviéndose el 29 de noviembre de 1989 el punto de máxima tensión cuando 200 antidistubios y guardias móviles rodearon la finca después de que el ministerio del Interior les acusara de alojar a terroristas. El resultado: las autoridades solo pudieron detener a un abogado kurdo de paso, refugiado político en Suecia. Esta será la última operación policial de gran envergadura llevada a cabo contra Longo Maï. El 1 de julio de 1993 muere Rémi. El grupo se interroga sobre su integración local y mejora su funcionamiento horizontal.
Las cooperativas de Longo Maï están abiertas al exterior a través de la comercialización de los productos de su hilandería (telas, ropa), los productos de su herboristería y la dinamización de varios medios de comunicación en papel: «Lire des Chênaies» (semanal de 4 páginas) que completa los debates organizados en Radio Zinzine, «Les Nouvelles de Longo Maï», que trimestralmente y en varias páginas presenta la actualidad de las cooperativas, y por último, «Archipel», la revista mensual del “Forum civique européen” —estructura iniciada por Longo Maï— que difunde las campañas en curso, especialmente sobre el tema de los refugiados desde 1989. Estas revistas se publican también en alemán. Las actividades agrícolas, la hilandería, la herboristería, las publicaciones… todo ello cubre la mitad de las necesidades de financiación. La otra mitad proviene de actividades militantes: las cooperativas se benefician de ayudas de grupos suizos, en especial en lo que se refiere al trabajo de apoyo a los refugiados.
NUMEROSAS ALTERNATIVAS LLEVADAS A LA PRÁCTICA
A pesar del rechazo a la jerarquía, existen diversos “estatutos” especiales para atender las cuestiones administrativas: hay 2 personas declaradas como agricultores (una de ellas es oficialmente tesorera de la asociación que coordina las cooperativas) y hay directorxs de publicación (aunque son cargos exentos de poder). Obviamente los recuerdos difieren entre las personas que están desde el inicio (unas treinta) y aquellas que han llegado más recientemente, aunque ello no confiere ningún estatus especial.
No hay asalariados. El dinero llega a una caja común y cuando una persona necesita dinero, lo pide. Al estar cubierta la vivienda, hacer comidas colectivas y reciclar vehículos usados, las necesidades son reducidas. Aquí se practica el decrecimiento, aunque con limitaciones: por ejemplo, pese a que parte del trabajo agrícola se realiza con tracción animal, sigue habiendo bastantes tractores. Además, la actividad de forjado para el mantenimiento de la herramienta es escasa. Varias personas nos hacen la misma observación: este tipo de experiencia de vida atrae a personas que a menudo tienen un buen bagaje intelectual pero que carecen de conocimientos y habilidades técnicas.
Con el tiempo se han restaurado algunos edificios y se han construido otros —con una gran variedad de técnicas— lo cual permite alojar a un importante número de personas. Sin embargo, los espacios privados siguen siendo modestos en cuanto a tamaño por razones que tienen que ver con la propia voluntad y con la limitación del espacio. La rotación de tareas es lo ideal pero en la práctica la gente tiene a menudo una actividad principal permanente (jardinería, horticultura, explotación maderera, albañilería…) y otras actividades más puntuales.
Así, Erik, de 41 años, ex músico profesional llegado hace 7 años desde Bélgica, realiza bastantes salidas al exterior. Además, está bastante metido en el tema de la reproducción de semillas y en distintas acciones ligadas a la libertad de intercambio de semillas. Erik participa también en tareas colectivas como la cocina, las cosechas, las traducciones y la reparación de los sistemas de retención de agua.
Luna, enfermera de 27 años, llegó desde España hace tres y se dedica prioritariamente a la huerta. También ha contribuido ampliamente a la traducción de una versión en español de 4 DVD sobre la producción de semillas de hortalizas2.
Nick, británico de 63 años, llegado en 1978, está muy metido en el Réseau pour les Alternatives forestières3 y lidera la lucha contra la central térmica del bosque de Gardanne. En Longo Maï se dedica a tallar piedra y reconstruir con mucha perseverancia un caserío situado en lo alto de la montaña. También es muy activo en la radio. Por su parte, Eva, de Berlín y que también ronda los sesenta, se ha dedicado durante muchos años a la hilandería antes de ir pasando poco a poco el relevo.
Muchas de las personas que viven aquí nos dicen que lo que más les gusta en Longo Maï es el compromiso en luchas concretas. A las fincas no se viene a vivir para encerrarse en el grupo.
PREOCUPACIONES POR LA ECOLOGÍA
Con el tiempo, las cuestiones ecológicas se han hecho cada vez más importantes y se han añadido a las preocupaciones sociales de los inicios. Dichas preocupaciones son objeto de comisiones en las que se trabaja para mejorar las instalaciones. Existe por ejemplo una comisión sobre agua que trabaja sobre la gestión eficiente de este recurso. Con el cambio climático, pese a que los recursos todavía no están amenazados, las épocas de sequía son cada vez más intensas, por lo que se están estudiando soluciones para almacenar agua que no sean demasiado onerosas.
Una comisión sobre energía trabaja para fomentar cada vez más la energía solar. Por el momento, la calefacción se obtiene sobre todo con la madera, y el gas como complemento. El problema de la energía solar estriba en superar el escollo que supone la inversión, que sigue siendo elevada. Una comisión sobre vivienda coordina importantes proyectos como la actual construcción de una casa de tres plantas con paja y estructura de madera, e incluso una casa rural-albergue (dos habitaciones con cocina común, una de ellas construida según técnicas de bioconstrucción y adaptada para discapacitados) que inicialmente se diseñó para recibir a los padres, y que sirve también para alojar a mujeres al final de su embarazo (5 niños han nacido ya en este lugar). La comisión “vivienda” ha sido la encargada de solicitar al municipio la legalización de las construcciones salvajes de los años 80, con lo que actualmente existe una zona edificable que permite iniciar nuevas obras junto a las viviendas ya existentes.
DISEMINAR LAS COOPERATIVAS
El éxito de funcionamiento en el largo plazo ha hecho que las incorporaciones sean numerosas. Desde el principio se ha buscado instalar nuevas cooperativas en otras fincas. A principios de los 70 se abrió una en Ardèche —que luego se trasladó a Treynas— situada en un importante macizo forestal que suministra la madera necesaria para las obras y proyectos que se llevan a cabo en las distintas cooperativas. Existe otra finca, situada en la llanura de La Crau, que está especializada en frutas y verduras de las cuales la mitad son para autoconsumo. En 1976, Longo Maï compró la hilandería de Chantemerle, junto a Briançon, lo que permitió valorizar la actividad ligada a la lana de oveja desde la materia prima a las prendas. La hilandería funciona con una turbina alimentada por un canal procedente de un arroyo cercano. El inconveniente de este lugar es que en 40 años se ha convertido en una importante estación de esquí, con lo que algunas personas ya no quieren seguir viviendo aquí por el ambiente comercial imperante. La finca comprada en 1993 en el Lubéron se dedica a la producción de vino. En Suiza, Alemania, Austria y Ucrania existen otras cooperativas que forman parte de la misma red. Aparte de que posibilitan los intercambios internos sin pasar por el mundo mercantil, las fincas propician también la resolución de ciertos conflictos entre personas dado que en caso de desacuerdo, es posible cambiar de lugar.
APERTURA A LAS LUCHAS DEL MUNDO
A través de sus miembros, implicados en numerosas redes de militancia —que difunde Radio Zinzine— Longo Maï organiza multitud de actividades en sus fincas. Los últimos encuentros, organizados durante el verano de 2016, han reunido a casi 500 personas procedentes de 20 países para debatir sobre temas como las consecuencias del estado de urgencia, las migraciones, el extractivismo o las ZAD.
Como apoyo a los migrantes, se organizan clases de francés y árabe. Cada jueves por la tarde, el programa «Passeurs d’infos» (Pasadores de información) cede la palabra a refugiados de paso.
Las fincas de Longo Maï son pues la confluencia entre múltiples luchas y deseos de vida alternativa. Y todo ello, desde hace años.